La estancia de la tercera lira que silvaba en octavas reales.

La tercera estancia que silvaba
en alabanzas octavas,
Laurel, en ti se fijaba.
Desde tu torre al tálamo invitabas
al poeta, que el corazón
del pecho desprendió sin compasión.
Poeta, tórnale el amor a bella
dama, que aclama aterrada
sin noción sabida que ella
es carcelera del alma,
que por su hermosa imagen fue apresada,
con el olor y la calma.
Dulce Laürel, de dioses corona,
aguarda, no dejes caer la espada,
el poeta es igual persona,
y tu el loco amor, su amada.

De tres en tres las alabanzas a Laurel llegan,
de tres en tres las cadenas se tornan en rosas,
de tres en tres la rosas a Laurel encadenan.

La magia del poeta las rosas convierte en esposas,
esposas de rosas púas que apremian el alma,
alma que ahora de Laurel se siente insidiosa.

Mas convirtió la estancia
su semblante al parecer de la lira,
para hacer como yo,
un poeta que admira,
como tu belleza en calma torna la ira.

Del cielo emana toda la pasión,
de la silva es compuesta,
la pluma compone la reacción,
del poeta la gesta.
Laurel, eres tu la inspiración suya,
Laurel, eres toda su razón,
la que del hierro, forjó un corazón
haciendo su alma tuya.
Pero ahora, poeta, ves del alma
arrancándose los gélidos temples
que, el alma mantenían en calma,
anclándote a la vida
eterna, cual guardianes.
Temples a la huida
de la mano de Hades,
arrancándote el alma...
La vida rota en partes,
por la simple intención,
que en males pensares sería ofensiva,
pero entre amores es emoción,
emoción que te devuelve a la vida.

Mas la reacción de la silva forma,
en el frío fuego ahora presente,
y tras la llegada de bella dama,
gran explosión de activa vida inerte
que en la octava real y tras la coma,
va haciendo el tiempo lento y la mente impaciente.
Laurel, vuestra hermosa imagen muestra
mi corazón, en proyección de la vida nuestra.

1 comentario:

  1. Mola, mola, mola mucho, lo que no mola es que yo no sea capaz de escribir algo así :P un abrazo.

    ResponderEliminar