El reencuentro

Tierra trágame, pero no me mastiques, saboréame, culturízame, de qué hacer frente al porvenir, ámame cuídame y ayúdame a sobrepasar los duros escalones que me depara el mañana. Hoy no me siento solo, y con ello me reitero a la fuerza del pensamiento único hacia la persona única. Vida hazme de tu camino de espinas un puente de algodones, hoy estoy perdido entre misiones y visiones, maltrechos corazones de felicidad imbuida con cañones de eterna sabiduría. Corroída está el arma que me guía por el estrecho y angosto trecho que me acompaña, me ilumina la telaraña, me indica el camino correcto y con él va mi más poderoso defecto. Mi miedo me abruma y me esconde tras la espuma de la deliberada poesía, hoy en forma de prosa espía...

Apártate maldito mundo oscuro, de nuevo la luz me guía, quédate a un lado que auguro alegría... la vida esta de mi parte, felicidad me reparte entre pasteles y enormes carteles de miscibles conocimientos, para pensar no es el día. Para sentir hemos sido creados, vengan a mi seres alados, pues estoy en su mundo... ya dejé de ser un vagabundo para ser de nuevo el escriba de un amor profundo... Se acabó lo nauseabundo, mi error se ha corregido, me ha imbuido y he sucumbido de nuevo al abismo del escritor sin cerebro, enebro mis sentimientos por momentos de escombro, me asombro de los cimientos y de las rimas escribas de ritmos, de elementos de descalabro, complementos de las mazmorras.

Texto rimado, del y para el ser amado... quizá embobado, quizá amedrentado en un estado embriagado por el mercado de amores y rencores agasajados, tentado por los temores o acallado por los tambores que han sonado... Agachado en los rincones tras escalones, escritores he aguardado y esperado, ahora veo cosas mejores, quizá no, seguro, porque te he encontrado.

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